el orgullo nacional
Hace un cuarto de siglo... (todavía lo decimos porque es cuasi un infante) veía la luz por primera vez (luz de tubo, seguro, en una clínica hay luz de tubo)... mi rrrrespetable coequiper de este blog.
Vamos a festejarlo con algo que no es de digestión rápida, ni para todas las orejas ni para todos los gustos ni mucho menos.
Así que compañeritos de sala celeste, abran las orejas para abrevar de la sabiduría milenaria del buda del bandoneón. No, Pichuco no: Piazzolla, y su Libertango.
+ Halle aquí la llave del cofre de la felicidad.
PD: no tiene pass ni nada, así que si no les funca, cosa de ustedes.
1 comentario:
Tarde el agradecimiento, pero agradecidísimo, mas vale agradecido después que desagradecido, no sea cosa de desgraciarse.
=P
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